Conciencia Alondra®

El gran rechazo a lo desconocido, a uno mismo.

Hablar de lo desconocido es sumergirse en lo que no se puede entender. La mente humana  da vueltas constantemente intentando entender qué es lo que está sintiendo, viendo o escuchando. Buscando una lógica que atrapa a cualquier persona en la maraña mental del saber. Cuando algo es tan diferente a lo conocido, básicamente es desconocido por nosotros y para nuestro entorno. Por lo que no se logra atrapar. Aquí  comienza una de las grandes mallas de realidad de la humanidad a actuar. El rechazo a lo desconocido.

Entendemos desconocido a todo aquello que no llegamos a comprender, que se sale de toda norma, que es diferente, que representa un misterio y nos confronta con nuestra aparente forma de entender la realidad.

Lo desconocido siempre es una incógnita, lo desconocido siempre da miedo, porque no se tienen referencias de actuación ante algo que no se conoce. Por lo que es más fácil rechazarlo, es más fácil señalarlo como anormal.

Al mismo tiempo lo desconocido atrapa, nos llama, nos inquieta, nos moviliza, nos gusta, porque en lo desconocido siempre hay magia. A todos nos envuelve la palabra magia. La palabra energía. Porque se siente pero no se ve.

Y ahí está dividida la humanidad: sintiendo sin querer ver y viendo sin querer sentir. Es un gran misterio que para resolverse requiere de una gran perseverancia y desprogramación interior. Horas de desmadejar cuerdas superpuestas que impiden ver la realidad con total claridad. Claridad de que lo que sientes es lo único real, sin necesidad de interpretar, claridad de ver que nada de lo que te intentes explicar y comprender es real. Que lo desconocido no se puede atrapar desde la mente, que lo desconocido no se puede interpretar ni dar forma, que solo se siente. Se siente y se siente.

 No querer ver lo que se siente es rechazar lo que se siente, es rechazar aquello que no queremos sentir por miedo a ser así, por miedo a transgredir normas, acuerdos, decretos, creencias, dogmas, ideas que nos mantienen en un aparente equilibrio y normalidad.

Si yo decido avanzar hacia lo desconocido a sabiendas que no sé qué es lo que puede pasar, no sé dónde me va a llevar, ya no existen opciones, solo existe confianza en la vida, en uno mismo y en el destino. Confianza en tu propia magia y en la magia de las otras personas. Y esa confianza es algo casi sagrado, porque viene de otro lado. De la conexión con lo superior.

Dejar de controlar lo que se siente para permitir ver lo que realmente se siente sin miedo. Soltar el control de lo que se cree ver para permitir sentir lo que realmente se siente. Ver y sentir al mismo tiempo. Dejando todo el rechazo que me genera lo que siento y lo que veo en mi interior que amenaza con sacarme de mí centro. Porque no lo conozco ni lo entiendo. Porque  uno mismo siente cosas que no quiere sentir, y desbordan, y otras, no se quieren ver cosas que duelen y, es mejor ver el daño que nos hacen otros, al que hacemos y nos hacemos nosotros mismos. Estamos, no solo en auto-rechazo, sino en patrón de rechazo constante del otro, en guerra, en bronca con todo y todos.  

Mientras el rechazo a lo desconocido esté tan marcado en la propia conciencia, jamás se podrán vivir en equilibrio  lo que se siente, lo que se percibe y lo que se hace y dice.

Conciencia Alondra, es un puente a la autoconciencia del sentir, del ver y del ser. Sin que interfieran el miedo, el rechazo, la lástima, el juicio o el amor en el camino de la integración de la propia verdad interior. Una reconexión con la neutralidad interior, donde mente y corazón están en equilibrio, donde desde tu propio centro todo lo desconocido va emergiendo con claridad y respeto.

Y por supuesto, dejando de buscar la aprobación de todos aquellos que tienen miedo a lo desconocido, dejando de auto-rechazarnos a nosotros mismos, por sentir lo que sentimos, ver las cosas como las vemos y tener  conciencia de ello.  

Alcanzando  el valor para ser uno mismo sin necesidad ni el permiso ni la aprobación de nada ni nadie más. Sede de la verdadera libertad interior.

Saray a través de Conciencia Alondra®